La Consejería de Educación de Canarias ha abierto una investigación para determinar por qué una veintena de alumnos de un instituto de Gran Canaria se sometieron a un análisis de glucosa sin supervisión médica y con la misma aguja, sin esterilizar.
Los hechos ocurrieron hace un mes pero el director del centro asegura que se enteró de lo sucedido el pasado viernes y fue entonces cuando pidió explicaciones a la profesora encargada de la clase. Esta docente argumenta que creía que la aguja se cambiaba automáticamente y que ella misma se hizo el test.
Los menores afectados deberán someterse ahora a pruebas cada seis meses para descartar que hayan contraído alguna enfermedad.
Sus padres están indignados y exigen que se depuren responsabilidades.
El análisis se realizó durante una jornada sobre la diabetes que acogió el centro para aportar a los alumnos más información sobre esta enfermedad.