La lactancia materna protege a las madres frente a la diabetes

Amamantar durante seis o más meses reduce en casi un 50 % el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en las mujeres durante sus años fértiles, según revela una nueva investigación dsarrollada por Kaiser Permanente, en Estados Unidos, cuyos detalles se revelan en el último número de la revista JAMA Internal Medicine.

"Encontramos una asociación muy importante entre la duración de la lactancia materna y el menor riesgo de desarrollar diabetes tipo dos, las que no precisa la administración de insulina], incluso después de tener en cuenta todos los posibles factores variables de confusión", ha afirmado la autora principal del trabajo, Erica P. Gunderson, investigadora principal de la División de Investigación de Kaiser Permanente.

El estudio se basó en el análisis del estudio CARDIA (siglas en inglés de Desarrollo de Riesgo Arterial y Coronario en Jóvenes Adultos) que durante 30 años realizó un seguimiento que incluyó a más de 5.000 adultos de entre 18 y 30 años, cuando comenzaron las pruebas.

Las mujeres que amamantaron durante seis meses o más en todos los partos redujeron en un 47 % el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en comparación con las que no amamantaron en absoluto. Las madres que practicaron la lactancia materna durante un máximo de seis meses mostraron una reducción del 25 % en el riesgo de sufrir diabetes.

Los nuevos hallazgos se suman a una creciente evidencia de que la lactancia materna tiene efectos protectores tanto para las madres como para los hijos, incluida la disminución del riesgo de padecer cáncer de mama y de ovario. "La incidencia de diabetes disminuyó de manera gradual a medida que aumentaba la duración de la lactancia, independientemente de la raza, la diabetes gestacional, los hábitos de vida, el tamaño corporal y otros factores de riesgo metabólicos medidos antes del embarazo, lo que implica la posibilidad de que el mecanismo subyacente sea biológico", ha detsacado Gunderson.

Este estudio incluyó a 1.238 mujeres blancas y negras que no tenían diabetes cuando se inscribieron en CARDIA, o antes de sus gestaciones posteriores. Durante los siguientes 30 años, cada mujer tuvo al menos un nacimiento vivo y fue examinada rutinariamente para la diabetes según el protocolo, que incluía criterios de detección diagnóstica para la diabetes.

Las participantes también informaron de comportamientos de estilo de vida -omo la dieta y la actividad física-y la cantidad total de tiempo que amamantaron a sus hijos. "A diferencia de los estudios previos de lactancia materna, que dependían de la información de las participantes sobre la aparición de la diabetes y que comenzaron a seguir a las mujeres mayores más adelante en la vida, pudimos seguir a las mujeres específicamente durante el embarazo y evaluarlas regularmente para detectar diabetes antes y después del embarazo", ha destacado Gunderson.

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