La importancia de la telemedicina para controlar la diabetes en tiempos de pandemia...

Los casos de diabetes se han triplicado en el mundo en los últimos 20 años, convirtiéndose en un grave problema de salud a nivel internacional cuyo tratamiento ha ido evolucionando con el tiempo. Sin embargo el avance más reciente y efectivo de estos tratamientos ha venido impulsado por el desarrollo de algunas tecnologías que permiten obtener más y mejores datos para controlar la enfermedad.

Durante unos meses, el mundo paró para atender a las personas afectadas por la Covid-19, pero el resto de las enfermedades, entre las que destaca la diabetes, no se detenían, una situación que ha generado retrasos en el diagnóstico de nuevos casos y en el inicio de los tratamientos agravada de forma alarmante por el establecimiento de una relación causal entre la diabetes y el coronavirus.

De esta manera, la diabetes es, en sí misma, un factor de riesgo para un peor pronóstico en los enfermos de Covid-19, que aporta un doble riesgo de ser hospitalizado y triple de ingreso en la UCI.

Según Fernando Gómez-Peralta, jefe de la unidad de Endocrinología y Nutrición del Hospital General de Segovia, “casi siempre, en más del 80 % de los casos, la diabetes va acompañada de enfermedades neurológicas, cardiovasculares u obesidad y eso es lo que empeora mucho el pronóstico”.

Una publicación de Mantovani concluía hace escasos meses que la diabetes aumenta por dos las posibilidades de pasar la enfermedad en estado severo e incrementa por tres la mortalidad hospitalaria; al tiempo que otra investigación publicada en The Lancet estima que un tercio de los fallecimientos que se produjeron en los hospitales de Inglaterra entre marzo y mayo por Covid-19 padecían diabetes, la mayoría del tipo 2.

Durante la pandemia muchas consultas de diabetes fueron suspendidas para evitar que los pacientes se expusieran a un posible contagio, y luego, numerosos  estudios han demostrado que los pacientes diabéticos son más vulnerables en caso de infectarse de Covid-19.

Ante esta realidad, la telemedicina ha tenido un papel muy importante en el control de la diabetes, convirtiéndose en la alternativa más segura para mantener las consultas regulares sin que el paciente tuviera que desplazarse al centro médico, evitando desplazamientos innecesarios y favoreciendo así el distanciamiento social.

De esta manera, tanto las consultas a distancia como las herramientas tecnológicas disponibles han sido de gran ayuda para el control de esta enfermedad crónica durante la emergencia sanitaria, y nuevas tecnologías como la monitorización de glucosa en el líquido intersticial, han permitido hacer telemedicina de forma eficaz.

Estamos hablando de sistemas indoloros que ofrecen información sobre los niveles de glucosa del paciente de manera continua y que, además, pueden transmitir estos datos al profesional sanitario en remoto, un intercambio de información entre paciente y médico que constituye una ventaja a la hora de controlar la enfermedad, optimizando os ajustes del tratamiento a partir de los datos obtenidos sobre el día a día del paciente y también en el caso de tener que actuar ante un episodio de hipoglucemia o hiperglucemia.

Así las cosas, la crisis sanitaria ha puesto de manifiesto la necesidad de un modelo asistencial avanzado, en el que la telemedicina sea una práctica habitual., una vez comprobado que fue gran utilidad durante los primeros meses de la pandemia, consiguiendo que los pacientes con diabetes integraran fácilmente los sistemas de monitorización, de manera natural y reduciendo a la vez la exposición de los pacientes al coronavirus.

Por todo ello, profesionales y pacientes abogan por la implantación definitiva de la telemedicina para controlar la diabetes, y no sólo como respuesta a la emergencia sanitaria, con el añadido que que, además, otras enfermedades podrían beneficiarse de este modelo mejorando el acceso y la eficiencia de la atención médica.

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