Desayunar antes de las 8.30 de la mañana reduce el riesgo de padecer diabetes

La resistencia a la insulina ocurre cuando el cuerpo no responde bien a la insulina que produce el páncreas y la glucosa es menos capaz de ingresar a las células, motivo por el que  las personas con resistencia a la insulina pueden tener un mayor riesgo de desarrollar diabetes. Sin embargo, en este sentido, los expertos han descubierto que se ha hecho bueno el conocido dicho de "a quien madruga Dios le ayuda".

 

Según ha explicado la investigadora Marriam Ali, de la Universidad Northwestern, en Estados Unidos, "hemos descubierto que las personas que comenzaron a comer más temprano en el día, tenían niveles más bajos de azúcar en sangre y menos resistencia a la insulina, independientemente de si restringieron su ingesta de alimentos a menos de 10 horas al día o si su ingesta de alimentos se extendió a más de 13 horas diarias". 

Tanto la resistencia a la insulina como los niveles altos de azúcar en sangre afectan el metabolismo de una persona, es decir, a la descomposición de los alimentos en sus componentes más simples: proteínas, carbohidratos (o azúcares) y grasas. Los trastornos metabólicos como la diabetes ocurren cuando estos procesos normales se interrumpen.

De esta maera, "con un aumento de los trastornos metabólicos como la diabetes, queríamos ampliar nuestra comprensión de las estrategias nutricionales para ayudar a abordar esta creciente preocupación", ha añadido Ali.

Estudios anteriores habían demostrado que la alimentación restringida en el tiempo, que consolida la alimentación en un período de tiempo más corto cada día, ofrece consistentemente una mejora en la salud metabólica, por lo que su grupo de investigadores quería ver si comer más temprano en el día afectaba las medidas metabólicas.

Los investigadores analizaron datos de 10.575 adultos que participaron en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición, tras lo que dividieron a los participantes en tres grupos según la duración total de la ingesta de alimentos: menos de 10 horas, 10-13 horas y más de 13 horas por día. Luego crearon seis subgrupos basados en la hora de inicio de la duración de la comida (antes o después de las 8.30 de la mañana), y analizaron estos datos para determinar si la duración y el horario de las comidas estaban asociados con los niveles de azúcar en sangre en ayunas y la resistencia a la insulina estimada.

Los niveles de azúcar en sangre en ayunas no difirieron significativamente entre los grupos de intervalos de alimentación, pero obtuvieron que la resistencia a la insulina fue mayor con una duración de intervalo de alimentación más corta, pero menor en todos los grupos con una hora de inicio de la alimentación antes de las 8.30 de la mañana.

"Estos hallazgos sugieren que el tiempo está más fuertemente asociado con las medidas metabólicas que la duración, y apoyan las estrategias de alimentación temprana", ha concluido Ali.

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