Saunas e hidromasajes para mejorar la diabetes

Un estudio sugiere que las terapias de calor como baños calientes regulares, saunas e hidromasajes, están asociados con la mejora de varios factores de riesgo para la diabetes tipo 2.

 

Una nueva investigación, presentada en la Reunión Anual de este año de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD), indica que la exposición regular al calor a través de un baño caliente está asociada con un efecto beneficioso sobre los factores de riesgo de la diabetes tipo 2, incluida la glucosilada hemoglobina (HbA1c), una medida de control del azúcar en sangre.

El estudio, liderado por el Dr. Hisayuki Katsuyama, del Hospital Kohnodai, (Ichikawa, Japón), abunda sobre otros estudios previos que sugerían que la terapia de calor, como el uso de saunas y baños de hidromasaje, mejora el control del azúcar en sangre y el porcentaje de grasa corporal, y que por lo tanto podría ser una herramienta terapéutica en la vida diaria de los pacientes con diabetes tipo 2. Sin embargo, hasta la fecha no se habían realizado estudios con un gran número de pacientes que hayan examinado los efectos del baño de hidromasaje sobre los parámetros metabólicos en pacientes con diabetes en un entorno real.

En Japón, la mayoría de los hogares están equipados con bañera tipo jacuzzi y bañarse en él es un hábito de vida tradicional y común, por lo que los autores estudiaron el efecto de ese baño en pacientes japoneses con diabetes, para obtener que una información sobre los hábitos de baño gracias a un cuestionario en el que participaron 1.297 pacientes con diabetes tipo 2, que visitaron regularmente la unidad de consulta externa del Hospital Kohnodai entre octubre de 2018 y marzo de 2019, a partir de o cual estudiaron la asociación de la frecuencia de los baños con las mediciones antropométricas y de sangre.

Los pacientes se dividieron en tres grupos según la frecuencia de baño: grupo 1: 4 o más baños por semana; grupo 2: entre 1 y 4 baños por semana; grupo 3: menos de 1 baño por semana; y después de varios análisis estadísticos, los datos mostraron que la frecuencia media de los baños era de 4,2 veces por semana y la duración media del baño era de 16 minutos.

La disminución del peso corporal, el índice de masa corporal (IMC), la circunferencia de la cintura, la presión arterial diastólica y la hemoglobina glucosilada se asociaron también  con una mayor frecuencia de baño.

Un análisis estadístico adicional identificó la frecuencia de los baños como un determinante significativo de la hemoglobina glucosilada después de ajustar por edad, sexo, IMC, uso de insulina y el número de medicamentos orales para la diabetes, con diferencias significativas entre los grupos.

El grupo 1 (con mayor cantidad de baños) tuvo una HbA1c media de 7,10 %, el grupo 2 7,20 % y el grupo 3 7,36 %. La frecuencia de los baños de hidromasaje también fue un determinante independiente del IMC después de ajustar el sexo y la edad, con el grupo 1 con el IMC medio más bajo (25,5 kg / m2) seguido del grupo 2 (26,0) y el grupo 3 (26,7).

Las reducciones en la presión arterial diastólica también se asociaron con una mayor frecuencia de baño después de ajustar la edad, el sexo y la cantidad de medicamentos para la presión arterial.

Los autores han concluido que “nuestros resultados indican que la exposición diaria al calor a través del baño de hidromasaje tiene influencias beneficiosas sobre los factores de riesgo cardiovascular en pacientes con diabetes tipo 2”.

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