El desarrollo de la diabetes frecuentemente es asociado con factores como la obesidad, la hipertensión, y la inactividad física. Pero una reciente investigación ha mostrado que la tensión, en este caso laboral, también puede tener un impacto significativo.
La doctora Sharon Toker de la Facultad de la Universidad de Tel-Aviv, Israel, ha encontrado que los bajo niveles de apoyo social y los altos niveles de tensión en el lugar de trabajo pueden predecir el desarrollo de diabetes sobre el largo plazo, aún en los empleados sanos.
El estudio, que constribuye a la investigación sobre condiciones de trabajo físico y mental, fue publicado en el Journal of Occupational Health Psychology. En el estudio, de 3 años y medio de duración, los resultados fueron controlados en varios factores de riesgo incluyendo la edad, la historia de familia, el nivel de actividad, y el índice de masa de cuerpo.
Según Token, "usted no quiere ver poblaciones de trabajadores con una tarifa creciente de diabetes. Es costoso tanto a empleados como a patrones". Los investigadores reclutaron a 5.843 individuos quienes visitaron un centro médico en Tel-Aviv para un examen físico rutinario. En estas visitas iniciales, todos los participantes eran sanos y no tenían ninguna indicación de diabetes.
Para evaluar si la tensión física y psicológica causado por el entorno de trabajo podría predecir el desarrollo de diabetes, Toker y sus investigadores inspeccionaron a los participantes según "un modelo de tensión de trabajo dilatado", que tiene las medidas en cuenta de apoyo social, la carga de trabajo percibida, y el control percibido del paso de objetivos. Después de la entrevista inicial y el examen, la salud de todos los participantes fue seguida para un periodo de 41 meses, durante cual tiempo 182 participantes desarrollaron la diabetes.
Cuando estos resultados fueron analizados en relación con condiciones de trabajo relatadas, el apoyo social surgió como un factor fuerte de "protector contra el desarrollo de la enfermedad". La carga de trabajo también fue correlacionada con el desarrollo de enfermedad, con los empleados que se sintieron con bajo apoyo laboral.
Una de las conclusiones más interesantes del estudio fue que una también pequeña carga de trabajo es tan dañina como una carga de trabajo grande. Se mostró que reducir la carga de un empleado a niveles extremadamente bajos no era bueno. Los empleados se sentirán estresados con la sobrecarga de trabajo, pero ellos todavía tienen que sentirse desafiados para estar satisfechos en sus empleos, añdió el doctor Toker.