Con la llegada de las vacaciones, y después de dos años de restricciones, las ganas de viajar están practicamente aseguradas, aunque para los diabéticos esto no es siempre fácil. Eso si, padecer esta enfermedad no debe suponer no poder disfrutar de unos días de descanso y turismo internacional.
Para abordar estos merecidos días de descanso con un viaje internacional por el medio, desd la Fundación para la Diabetes Novo Nordisk (FDNN) señalan que será necesario tener en cuenta factores como el clima, el cambio de hábitos o las características de los viajes que suponen un cambio horario, que pueden influir en los pacientes con diabetes.
Por eso, si se padece diabetes, no está de más tener en cuenta algunas recomendaciones básicas a la hora de planificar y disfrutar de las vacaciones. De esta manera, si se ha elegido un destino internacional para pasar las vacaciones, además de tener la documentación preparada y el pasaporte Covid al día, la Fundación para la Diabetes advierte de la necesidad de asegurar otros aspectos, entre los que destaca aspectos como saber si el país de destino tiene “acuerdos de asistencia sanitaria con España”, o en el caso de que el viaje se realice en el entorno europeo, “estar en posesión de la Tarjeta Sanitaria Europea” que nos den garantía de una posible atención sanitaria. En cualquier caso desde la FDNN advierten que “no todos los países tienen las mismas prestaciones que el nuestro”.
Si el viaje va a ser corto, cosa muy habitual en verano, lo mejor será llevar la medicación y algunos dispositivos tales como medidor de glucosa, lancetas, bolis de insulina, bomba de insulina, monitor continuo de glucosa, etc., desde España, siempre teniendo en cuenta que existen equipos para transportar todo este material con seguridad.
Por otra parte, para viajes en avión además de los documentos de identidad hay que llevar también un informe médico, en ingles si es posible. Además, desde la Fundación advierten que las bombas de insulina pueden sonar al pasar un arco de control de aeropuertos o trenes, según la sensibilidad del mismo, por lo que siempre existe la posibilidad de avisar con antelación al funcionario encargado de que se es portador de bomba de insulina.
Un aspecto importante a tener en cuenta es que la medicación debe ir siempre con el paciente, y no en la zona de carga de equipajes, con el objetivo de evitar que se deteriore o se pierda; y si surgiera algún problema a este respecto, desde la FDNN proponen repartir la medicación entre las personas que acompañen al paciente durante el viaje.
Además, es aconsejable llevar algo de comer por si se sufriera una hipoglucemia, por ejemplo zúcar, geles de glucosa, zumos industriales que no sean light, galletas, tostadas…
Si se va a cambiar de huso horario lo más conveniente es que se consulte al médico antes de viajar, y será este el que indique como adaptar las pautas de la insulina. En general, para viajes en avión es recomendable llevar un informe médico, y en ingles si es posible.
Si se viaja a zonas con altas temperaturas, es importante beber líquido, y si es embotellado mejor. Eso si, si se bebe algo que no sea agua, siempre será conveniente echar un vistazo al etiquetado de las bebidas para comprobar los carbohidratos que se ingieren.
En cuanto a la alimentación, en otros países los alimentos pueden ser distintos a los de España, por lo que es importante elegir aquello que más se asemeje a la dieta que se lleva habitualmente.
Por último, no hay que olvidar que hay una patología muy relacionada con la diabetes, que es el pie diabético. En relación con ella, los expertos subrayan la importancia de no caminar descalzo si se padece esta lesión podal.