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La Covid-19 aumenta el riesgo de sufrir diabetes tipo 2 de forma permanente

Un estudio publicado recientemente en la revista científica Diabetologia ha concluido que las personas que han pasado la enfermedad pandémica tienen un mayor riesgo de sufrir diabetes de tipo 2.

 

Ya se conocía que el páncreas puede ser uno de los órganos afectados por la infección por el SARS-CoV-2; e incluso se había documentado que podía reducir el número de gránulos secretores de insulina en las células beta, minimizando la secreción de insulina estimulada por la glucosa, hasta el punto de que tras la infección, algunos pacientes desarrollaban resistencia a la insulina y niveles elevados de glucosa en sangre, aunque no tuvieran antecedentes de diabetes.

Esto podría deberse a que la enfermedad provoca una fuerte liberación de citoquinas, unas sustancias inflamatorias, que podría activar el sistema inmune durante meses, lo que podría afectar a la efectividad de la insulina.

Lo que no estaba claro hasta ahora era si este tipo de cambios metabólicos son transitorios, o si la Covid-19 aumenta realmente el riesgo de sufrir diabetes persistente, una pregunta que los autores de este trabajo han tenido muy presente al estudiar de manera retrospectiva una cohorte de casi 9 millones de pacientes alemanes, con un grupo de control conformado por pacientes de infecciones agudas de las vías respiratorias superiores diferentes a la Covid-19.

En el lapso de tiempo analizado se registraron 35.865 infecciones por SARS-CoV-2, y en este grupo de personas, con posterioridad a dicha enfermedad, se registró una incidencia de diabetes de tipo 2 de un 15,8 casos por cada 1.000 personas; lo que compararon con el grupo de control, donde esta incidencia era de 12,3 casos por 1.000 personas.

Según los investigadores, estos resultrados vienen a decir que pasar la Covid-19 parece incrementar en un 28 % el riesgo relativo de padecer diabetes tipo 2 con respecto a padecer otras infecciones agudas de las vías respiratorias superiores.

En cualquier caso, los autores recomiendan que todos los que se hayan recuperado de la enfermedad permanezcan atentos a los signos y síntomas de la enfermedad, tales como la fatiga, la orina frecuente o la sed excesiva y los consulten con un especialista.

Investigación