Por descragia, no todos los pacientes con diabetes logran un buen control de su glucemia, ya que requiere una importante implicación diaria; y entre otras tareas, una práctica habitual es pincharse en los dedos con una lanceta con el fin de obtener pequeñas muestras de sangre con las que detectar los niveles de glucosa para administrar las dosis de insulina correctas o hacer ajustes en el tratamiento.
Para evitar esta situación, en los últimos años, han aparecido dispositivos que facilitan esta tarea, como las bombas de infusión de insulina, que administran esta hormona de forma programada, o los medidores continuos de glucosa que permiten visualizar los niveles de esta molécula sin necesidad de pinchazos adicionales.
Ahora, un reciente ensayo clínico muestra el potencial de un páncreas biónico, cuyo nombre comercial es iLet, que permite automatizar la administración de insulina según los requerimientos del usuario, sin que tenga que realizar ninguna prueba.
Este dispositivo, controlado por algoritmos, ajusta el aporte de insulina de forma continua según los niveles de glucosa que registran unos sensores, y tan solo requiere la introducción del peso del sujeto para comenzar a usarse y una estimación poco precisa de la comida que se va a consumir.
Este estudio, publicado en la revista The New England Journal of Medicine, y financiado por el Instituto Nacional de diabetes y enfermedades digestivas y del riñón, se desarrolló en 16 centros sanitarios de Estados Unidos, y en él participaron 326 pacientes de entre 6 y 79 años que padecían diabetes tipo 1 y que se habían estado administrando insulina durante al menos un año.
Cada persona se asignó al azar al grupo que emplearía el páncreas biónico (219 individuos) o al grupo seguiría usando, sin cambios, los métodos habituales para el control de su glucosa que ya empleaban antes del estudio (107 individuos).
Se entregó a todos los voluntarios de ambos grupos un monitor para registrar de forma continua los valores de glucosa en sangre, y casi un tercio de las personas en el grupo control emplearon bombas de insulina disponibles en el mercado.