Un nuevo estudio asocia el uso del fármaco para la diabetes metformina con una reducción de los casos de cáncer pancreático, por lo menos en las mujeres, pero demuestra que otros medicamentos están relacionados con un aumento de los tumores.
Las diferencias entre los tratamientos farmacológicos que habían utilizado los pacientes con o sin cáncer pancreático fueron pequeñas y se desconoce por qué los medicamentos influirían de distinta manera en el riesgo de desarrollar el cáncer en las mujeres y los hombres.
Aun así, los resultados coinciden con estudios previos que habían sugerido que la metformina reduciría el riesgo de sufrir varios cánceres, como indicó el doctor Peter Butler, de la Facultad de Medicina David Geffen, de la University of California, en Los Ángeles.
El cáncer pancreático es uno de los cánceres más raros, pero avanza rápido. La mayoría no sobrevive más que un par de años después del diagnóstico.
El Instituto Nacional del Cáncer estima que este año se les diagnosticará la enfermedad a 44.000 estadounidenses y que unos 38.000 morirán como consecuencia de ella. El equipo del doctor Christoph Meier, del Hospital Universitario de Basilea, en Suiza, revisó una base de datos con información sobre más de 8 millones de personas del Reino Unido, incluidas unas 2.800 con cáncer de páncreas diagnosticado entre 1995 y el 2009. Comparó cada caso con seis personas del mismo sexo y edad, pero sin el cáncer.
Con información de los médicos de atención primaria, el equipo determinó la cantidad de integrantes de cada grupo con diabetes y bajo tratamiento farmacológico, con metformina o sulfonilureas como la glimepirida y la gliburida.
Esos fármacos hacen que el organismo produzca o absorba menos glucosa (metformina) o que produzca más insulina (sulfonilureas) para mantener bajo control los niveles de azúcar en sangre. Uno de cada nueve participantes con cáncer tenía un diagnóstico previo de diabetes, comparado con uno de cada 12 del grupo de control, publica American Journal of Gastroenterology.
El 2 % de los participantes con cáncer pancreático había tomado metformina durante mucho tiempo antes del diagnóstico oncológico, comparado con el 1,6 por ciento del otro grupo. La diferencia podría atribuirse al azar. Sin embargo, al organizar la información por género, muchas menos mujeres que hombres con cáncer pancreático diagnosticado recientemente habían estado tomando metformina durante por lo menos unos años.
Esta relación en uno, pero no en otro género, fue "de algún modo inesperada", según el equipo de Meier, y no existe una explicación biológica para esa protección selectiva de la metformina. Los resultados se revirtieron para la insulina y las sulfonilureas.