Hace algún tiempo, Irene Abarca comenzó a diseñar objetos para poder llevar los imprescindibles de los niños con diabetes (glucómetro, plumas, bomba…), porque vió que lo que existía era bastante ineficiente y ocultaba la diabetes de los niños en lugar de darle un tono más visible y optimista.
Abarca, una persona vinculada con el arte y el diseño, decidió entonces ponerle una sonrisa a la diabetes infantil y creó el proyecto miMi.
El primer contacto que la creadora del proyecto miMi tuvo con la diabetes fue con un compañero en clase que tenía diabetes. 15 años después decidió diseñar a miMi, una línea de mochilas infantiles ergonómicas para que niños de entre 0 y 8 años con diabetes puedan llevar consigo la bomba de insulina o el medidor continuo de glucosa de una forma cómoda y divertida, y todo ello, gracias a la petición de una mamá de una niña de 3 años con diabetes que se cruzó en el camino de la diseñadora.
El proyecto miMi fue elegido por el Impact Hub Madrid para ser financiado por la Union Europea.
miMi es hoy un proyecto social que está hecho con las manos de las voluntarias del taller social de Vallecas en Madrid que se llama Customizando, una cooperativa de inserción que trabaja en el sector del diseño creativo y la transformación creativa artesanal.
La mochila tiene forma de mascota para que el niño conciba la diabetes no como un enemigo, sino como un aliado, y aumente así su adherencia al tratamiento y control de la enfermedad.
miMi pretende ser una compañera que apoye y ayude al niño con diabetes, que le haga sentirse acompañado.
El proyecto miMi se ha financiado a través de una campaña crowfounding a la que le quedan dos semanas nada más.
En un principio, su creadora quería producir 50 mochilas miMi, pero sus expectativas se han quedado cortas. Ahora mismo tiene ya 61 pedidos y ha decido ampliar el plazo de financiación con la idea es llegar a 100 mochilas.