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Algunos medicamentos para el alzhéimer podrían prevenir el daño de la diabetes en los vasos sanguíneos

Algunos medicamentos que fueron desarrollados para tratar el Alzheimer podrían ser rediseñados para prevenir, o incluso revertir, el daño causado a los vasos sanguíneos en personas obesas o que padecen diabetes, según se desprende de una investigación publicada en la revista The Journal of Clinical Investigation, que concluye que las personas que padecen síndrome metabólico, que incluye diabetes tipo 2, presión arterial alta, colesterol alto y obesidad, tienen un endurecimiento de los vasos sanguíneos que aumenta el riesgo de un ataque cardíaco o un derrame cerebral.

Un grupo de científicos de la Universidad de Leeds y la Universidad de Dundee, en Reino Unido, han descubierto de esta manera un mecanismo clave que desencadena cambios en los vasos sanguíneos, que eventualmente pueden conducir a enfermedades cardiovasculares.

Los cambios comienzan cuando las personas empiezan a producir en exceso una enzima llamada BACE1 que a su vez crea una proteína denoinada beta amiloide, que si se produce en niveles elevados se asocian con daños en el revestimiento de la superficie de los vasos sanguíneos, es decir, en el endotelio, lo que interrumpe el funcionamiento normal de los vasos sanguíneos que conduce a la hipertensión arterial, la aterosclerosis, y la acumulación de placa a lo largo de las paredes de los vasos sanguíneos.

Según Eddie Johnston, investigador de Diabetes UK, "las personas que viven con diabetes tienen un mayor riesgo de ataques cardíacos o derrames cerebrales, pero aún no sabemos exactamente por qué. La nueva investigación ayuda a arrojar luz sobre la conexión", al tiempo que destaca que "si la enzima BACE1 es responsable de este mayor riesgo, representa un objetivo prometedor para nuevos tratamientos, lo que podría ayudar a las personas con diabetes a vivir vidas más largas y saludables".

Estos hallazgos son la culminación de ocho años de investigación, que comenzaron en Dundee y luego se expandieron a Leeds e involucraron estudios en humanos y animales. Las investigaciones en animales analizaron el efecto de un compuesto experimental llamado M-3, que detiene las acciones de BACE1. En estudios en ratones obesos o con diabetes, se demostró que no solo detiene la enfermedad en los vasos sanguíneos, sino que la revierte.

El doctor Paul Meakin, miembro académico del Instituto de Medicina Cardiovascular y Metabólica de Leeds y autor principal del artículo, ha señalado que "los efectos terapéuticos del compuesto experimental fueron marcados, y se revirtió la progresión de la enfermedad en los vasos sanguíneos gravemente dañados", para agregar que "a veces, en la ciencia, se miran los datos que se producen y hay indicios de algo allí, pero los efectos que observamos fueron dramáticos. Y lo más emocionante es que hay medicamentos que pueden dirigirse a la enzima BACE1".

BACE1 había captado anteriormente la atención de la industria farmacéutica debido a su papel en el desarrollo de otra enfermedad importante, la enfermedad de Alzheimer, ya que está directamente relacionado con el desarrollo de placas beta amiloides que se encuentran en los cerebros de las personas que murieron con la afección. Las compañías farmacéuticas han comenzado a desarrollar inhibidores de BACE1 que hasta ahora, han sido ineficaces para combatir el Alzheimer.

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