Las legumbres, que provienen de la familia de las leguminosas, suponen una fuente de proteína de origen vegetal que cuentan con muchas vitaminas fundamentales para el funcionamiento de nuestro organismo en todas sus variantes; pero destacan por ser ricas en fibra, hierro y magnesio, que aportan numerosos beneficios a nuestra flora intestinal, especialmente importantes para quien sufre de diabetes.
Así las cosas, la importancia del consumo de las legumbres se multiplica en los diabéticos debido a esa facilidad de producción de fibra que ayuda a la circulación sanguínea, cuya presión baja conforme llevamos a cabo todo tipo mecanismos saludables como el ejercicio físico y el cuidado de una alimentación sana.
De esta manera, según los expertos, es necesraio ingerir legumbres al menos en dos ocasiones por semana, y olvidar el típico prejuicio de que la fibra engorda, porque no es así, ya que según puso de manifiesto el estudio Predices sobre la dieta mediterránea, quienes tomaron más legumbres entre los participantes en el mismo, en especial las lentejas, desarrollaron menos diabetes de tipo 2.
En as conclusiones de este trabajo se observa cómo el consumo habitual de legumbres dentro de un patrón de dieta mediterráneo sirve para la prevención de dicha enfermedad, debido a que el aumento rápido de la glucosa en sangre provoca diabetes, y al tener un índice glucémico muy bajo, las legumbres permiten que las elevaciones de glucosa en sangre se produzcan de manera lenta y mantenida, con un efecto protector.
Los expertos ponen como ejemplo de esto los cereales de grano integral o la fruta que no suele estar madura, que tienen un índice glucémico bajo y actúan de la misma forma.
Conociendo esto, se ponen aún más de manifiesto las múltiples cualidades de las leguminosas en nuestro organismo. En el caso de las lentejas, estas son ricas en vitamina B1, B3, B6 y ácido fólico, sin olvidar su aportación de hierro y selenio. Los garbanzos, por su parte, ofrecen vitamina B2, B3, B6 e hierro, aportando además ácidos grasos poliinsaturados que sientan genial. Por su parte, las habas cuentan con mucha vitamina C, vitamina A, vitamina B1, vitamina B2, vitamina B3, vitamina B6 y ácido fólico, aportando además hierro, calcio, fósforo y potasio. Por último, las judías, si se consumen con su vaina verde, tienen unas potentes propiedades diuréticas.