El porcentaje de niños y jóvenes españoles con diabetes y sobrepeso aumentan día a día, motivo por el que el Sindicato de Enfermería (Satse), ha reclamado a las distintas administraciones públicas nuevas medidas de educación y promoción de la salud, como la implantación de la figura de la enfermera escolar en todos los centros.
Para Satse, las conclusiones del informe Health and Glance 2017 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) constatan que nuestro país no está desarrollando una adecuada estrategia general de promoción de la salud pública y prevención de la obesidad entre los niños y jóvenes. Según este informe, cerca del 40 % de los niños y jóvenes entre ocho y 17 años tienen sobrepeso en España, mientras que la media de la OCDE es un 24,6 %. Asimismo, solo un 30 % de los jóvenes con 15 años consumen fruta a diario en España, mientras que la media de la OECD supera el 32 %, y somos el país de los analizados donde menos jóvenes consumen verdura a diario (19,5 %, mientras que la media es 32,4 %).
Tanto la OCDE como la Organización Mundial de la Salud (OMS), han advertido que la obesidad en la infancia y adolescencia se ha convertido en los últimos años en uno de los problemas mundiales de salud pública más graves, ante el que se debe actuar desde distintos ámbitos de actuación, siendo uno de los más importantes los centros educativos. Por este motivo, Satse demanda en todas las CCAA que se implante de manera generalizada la figura de la enfermera escolar
En la actualidad, todavía son pocos los colegios en España que cuentan con esta figura. Además de atender las necesidades sanitarias de los escolares, (administración de tratamientos, control de la alimentación, asistencia en caso de enfermedad o accidentes…), los profesionales de Enfermería pueden desarrollar una labor fundamental de promoción y prevención para la adquisición de hábitos saludables en niños y jóvenes.
El sindicato ha insistido en que contar con una enfermera o enfermero en un centro educativo favorece la tranquilidad y seguridad de los padres que saben que sus hijos están en manos de profesionales cualificados que pueden atenderles ante cualquier imprevisto y supone un claro ahorro económico, ya que está demostrado que informar y formar a la población escolar en hábitos de vida saludables posibilita un mayor estado de bienestar de la persona y evita complicaciones futuras que suponen un mayor gasto al sistema sanitario.
