Identifican los aditivos alimentarios relacionados con un mayor riesgo de padecer diabetes

Un número cada vez mayor de estudios epidemiológicos sugieren una relación entre tener unos mayores niveles de consumo de alimentos ultraprocesados y mayores riesgos de padecer diabetes y otros trastornos metabólicos.

 

Entre estos aditivos, los emulsionantes se encuentran entre los más utilizados, ya que se suelen añadir a alimentos elaborados y envasados, como determinadas tartas, galletas y postres industriales, así como a yogures, helados, tabletas de chocolate, panes industriales, margarinas y comidas listas para consumir o para calentar, con el fin de para mejorar su apariencia, sabor y textura y alargar su vida útil.

Estos emulsionantes incluyen mono y diglicéridos de ácidos grasos, carragenanos, almidones modificados, lecitinas, fosfatos, celulosas, gomas y pectina, y como ocurre con todos los aditivos alimentarios, la seguridad de los emulsionantes había sido evaluada previamente por agencias de seguridad y salud alimentaria, basándose en la evidencia científica disponible en el momento de su evaluación.

Sin embargo, algunos estudios recientes sugieren que los emulsionantes pueden alterar la microbiota intestinal y aumentar el riesgo de inflamación y alteración metabólica, lo que podría provocar resistencia a la insulina y el desarrollo de diabetes.

Ahora, por primera vez a nivel internacional, un equipo de investigadores ha estudiado las relaciones entre la ingesta dietética de los emulsionantes y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, y los resultados obtenidos, publicados en la revista The Lancet Diabetes, se basan en el análisis de datos de más de 100.000 adultos con una edad media de 43 años, que fueron seguidos durante al menos 14 años, entre 2009 y 2023.

Los participantes completaron registros dietéticos, recogiendo información detallada de todos los alimentos y bebidas consumidas y sus marcas comerciales, que se repitieron cada seis meses durante 14 años y se compararon con bases de datos para identificar la presencia y cantidad de aditivos alimentarios en los productos consumidos.

Esto permitió medir la exposición crónica a estos emulsionantes a lo largo del tiempo; y durante el seguimiento, los participantes informaron sobre el desarrollo de diabetes (1056 casos diagnosticados) y los informes se validaron mediante una estrategia de múltiples fuentes.

Se consideraron varios factores de riesgo bien conocidos en la diabetes, tales como la edad, el sexo, el peso, el nivel educativo, los antecedentes familiares, el tabaquismo, el alcohol y los niveles de actividad física, así como la calidad nutricional general de la dieta.

Tras el seguimiento, los autores observaron que la exposición crónica a algunos emulsionantes se asociaba con un mayor riesgo de diabetes tipo 2. En concreto se trata de: carragenanos, fosfato tripotásico, ésteres de ácido mono y diacetiltartárico, citrato de sodio, gomas guar, xantana y arábiga.

En cualquier caso, los autores, liderados por Mathilde Touvier, se refieren varias limitaciones en este estudio, como el predominio de mujeres en la muestra (un 74 %), un nivel de educación más alto que la población general y más conductas que promueven la salud entre los participantes del estudio; por lo que es necesario tener precaución al extrapolar las conclusiones a toda la población.

Con todo, el estudio se basa en una muestra de gran tamaño, y los investigadores han tenido en cuenta una gran cantidad de factores que podrían haber dado lugar a sesgos de confusión; al tiempo que se utilizaron datos únicos y detallados sobre la exposición a aditivos alimentarios, incluyendo hasta la marca comercial de los productos industriales consumidos.

Además, los resultados siguen siendo consistentes a través de varios análisis de sensibilidad, lo que refuerza su confiabilidad.

Así las cosas, los autores han concluido que “por el momento, estos hallazgos proceden de un único estudio observacional y no pueden utilizarse por sí solos para establecer una relación causal. Es necesario replicarlos en otros estudios epidemiológicos en todo el mundo. Sin embargo, nuestros resultados representan elementos clave para enriquecer el debate sobre la reevaluación de la regulación”.

Entre los próximos pasos, el equipo de Touvier observará las variaciones en ciertos marcadores sanguíneos y la microbiota intestinal relacionados con el consumo de estos aditivos, con el objetivo de comprender mejor los mecanismos subyacentes. Además, los investigadores analizarán el impacto en la salud de las mezclas de aditivos y sus posibles "efectos cóctel".

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