Alertan de que es muy difícil encontrar insulina por parte de los diabéticos iraníes

En los alrededores de los grandes hospitales iraniés como el Imam Jomeini, se suceden individuos que, al grito de '¡medicinas! ¡medicinas!' ofrecen insulina para los diabéticos, que en este país están teniendo muchas complicaciones para encontrarla en los canales oficiañes, aunque quien la adquiera de esta manera se artiesga a que esté caducada o sea falsa.

Se trata del último exponente de la política de "presión total" declarada por los EEUU tras retirarse del acuerdo nuclear y reimponer sanciones, que castigan a cualquier entidad internacional que negocie con Irán, de forma que sus líderes deberán decidir si quieren usar su riqueza para importar medicinas o para financiar los viajes de sus generales por Oriente Próximo, según explicó hace dos años el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo.

A esta situación geopolítica se suma el empobrecimiento generalizado de la población, en un contexto de crisis, inflación y devaluación, que ha provocado que en las últimas horas, la etiqueta #nohayinsulina se ha extendido por el país, y numerosos internautas la están usando para denunciar los problemas para acceder a un producto vital para el 11 % de una población de 81 millones.

Según cuenta el diario El Mundo, una alternativa está siendo encontrar la insulina en ampollas y reutilizar los inyectores. "El principal problema es que, debido a las sanciones, no hay insulina procedente del extranjero, a la que muchos pacientes se habían acostumbrado", ha explicado Asadollah Rajab, presidente de la Asociación de Diabéticos Iraníes, quien ha añadido que "es muy difícil convencerles de que recurran a la insulina que se está produciendo en Irán, que no se diferencia en nada a la que se puede estar produciendo en España o incluso en los Estados Unidos".

En respuesta a la agitación de los últimos días por la escasez de insulina accesible, las autoridades sanitarias han señalado al descenso de las importaciones, pero también a la falta de inyectores e incluso al contrabando como causas de este escenario. Uno de los motivos de lo último recen ser los elevados subsidios a las medicinas genéricas producidas en Irán y a otras especiales importadas, lo que da pie a que algunos oportunistas logren hacer su agosto vendiendo medicamentos iraníes en países vecinos.

Otras fuentes oficiales iraníes alegan que el producto circuló a través de Irán, pero no es iraní. "No tenemos escasez de insulina, pero hay escasez de plumas de insulina hechas en el extranjero", ha explicado a la agencia iraní Tasnim Heidar Mohammadi, funcionario de la Organización de Comida y Medicinas de Irán, qyiej ha añadido que "tenemos suplementos abundantes y regulares, también de insulina NPH, y la gente puede emplearlas".

Esta entidad estima que los pacientes diabéticos iraníes requieren alrededor de 800.000 plumas de insulina, y que estas necesidades podrían cubrirse a corto plazo gracias a una nueva planta de producción abierta en el país hace justo un mes y medio. La fábrica está operada por la división regional de la farmacéutica danesa Novo Nordisk. Según fuentes locales, la factoría podrá producir 25 millones de plumas durante el primer año y 45 millones en el segundo, y se espera que, gracias a ella, el país se ahorre a medio plazo hasta 60 millones de euros, invertidos anteriormente en importar estos productos.

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