La falta de sueño eleva el riesgo de padecer diabetes

faltadesueno"Tener un problema de sueño merma la calidad de vida, y si se prolonga la falta de descanso años o toda la vida laboral, se aumenta el riesgo de sufrir una enfermedad grave en el futuro", ha explicado Diego García Borreguero, presidente de la Sociedad Española del Sueño, una organización que tiende a restar importancia a los problemas para conciliar el sueño, pero cuyos especialistas son categóricos al advertir de que la falta de descanso crónico aumenta el riesgo de diabetes, además de hipertensión, obesidad, o Parkinson.

El doctor García Borreguero ha explicado cómo la falta de sueño de manera prolongada puede elevar el riesgo de diabetes: “En los experimentos realizados en personas sanas jóvenes lo que vemos es que la privación parcial de sueño durante unas semanas tienen una reducción de la tolerancia a la glucosa. Esto ocurre porque se segrega más cortisol y adrenalina, lo que influye en los mecanismos de la glucemia. De modo que si se mantiene el déficit de sueño durante 30 años, por ejemplo, puede esto se convierte en un factor de riesgo de diabetes".

En el caso de la obesidad y sobrepeso, cuando el organismo no descansa se produce una alteración metabólica por la que disminuyen las leptinas, hormonas relacionadas con la saciedad, y aumentan las grelinas que aumentan el apetito. García Borreguero ha señalado que se está investigando si el exceso de cortisol por la falta de sueño puede actuar en personas sensibles como neurotóxico y favorecer la aparición de enfermedades neurodegenerativas.

Pero el sueño también puede ser indicador de una enfermedad en el futuro. Los especialistas están estudiando cómo una alteración neurológica durante el sueño acaba siendo una señal del Parkinson. “Esto se llama trastorno de la conducta de la fase REM, que se manifiesta en alteraciones con gesticulaciones y gritos durante la segunda fase de la noche. Es una manifestación precoz del proceso degenerativo”.

La enfermedad aparece antes en la inconsciencia, cuando la persona duerme. Lo sorprendente es que los pacientes con estas alteraciones no presentan ninguna anomalía psiquiátrica o en lo neurológico en ese momento.

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