México malgasta el 45 % de su presupuesto para Diabetes en el abandono de tratamientos

diabetesmexicoMéxico debe cambiar el enfoque con el que atiende la diabetes si pretende evitar que se malgaste casi la mitad del presupuesto que se destina a atender las complicaciones de quienes, por diversas causas, abandonaron el tratamiento.

Si bien la cifra -4,5 %- es menor que la del 5,5 % que, en proporción, se destinan a manejar y evaluar casos controlados, cada vez que una persona abandona el tratamiento se pierde toda la inversión hecha en su atención.

Estos datos se desprenden del documento “Diabetes: ¿Qué hacer con el principal problema de Salud Pública en México?”, un estudio desarrollado por la Fundación IDEA (Implementación, Diseño, Evaluación y Análisis de Políticas Públicas) a partir de las experiencias de académicos e instituciones públicas de salud.

Una de las principales aportaciones del documento es un listado de 10 propuestas para que México se aproxime de manera más eficaz a la atención de ese padecimiento. Varias de ellas están relacionadas de manera directa con reorientar el gasto público.

A la pérdida de la inversión que significa cada paciente que abandona el tratamiento, debe sumarse que, eventualmente regresará en busca de atención, con complicaciones agravadas y, por tanto, más costosas.

El 15 % del presupuesto total de 2010 para la salud pública se destinó a atender la diabetes en este país. La cifra es un 50 % mayor que lo destinado al programa Oportunidades, según cifras faciliatadas por el investigador del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Armando Arredondo. “Cuando la diabetes no es controlada, implica una pesada carga económica para el individuo y la sociedad”, ha destacado Arredondo.

En el sistema de salud del país, quien lleva el mayor peso es el paciente. De cada 100 pesos para tratar a quien padece la enfermedad, 52 salen del bolsillo del paciente y 48 del Gobierno. Esos costes directos implican sueldos, salarios y prestaciones de médicos, hospitalización y cirugías, medicamentos, etcétera.

Los costes indirectos son de carácter económico y social, como los ingresos que un paciente deja de recibir por inasistencias a su trabajo o las pérdidas que eso significa para su empresa. En ese mismo ámbito entra, por ejemplo, la discriminación a quienes padecen obesidad y, por tanto, mayor riesgo de sufrir diabetes.

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