Temas como la irrupción de la tecnología y la aparición de nuevos fármacos, el papel de la industria farmacéutica, la estrecha colaboración que tiene que existir entre Atención Primaria (AP) y especializada y las inequidades entre comunidades autónomas e incluso entre hospitales de la misma ciudad fueron los responsables de que los finalistas del galardón a mejor Unidad de Diabetes de la novena edición de los Premios Best in Class (BiC) participasen en un debate.
La irrupción de la tecnología y la aparición de nuevos fármacos, el papel de la industria farmacéutica, la estrecha colaboración que tiene que existir entre Atención Primaria (AP) y especializada, las inequidades entre comunidades autónomas e incluso entre hospitales de la misma ciudad y los retos pendientes fueron los hilos conductores de un debate organizado en la sede del grupo Wecare-u y que reunió a los finalistas del galardón a mejor Unidad de Diabetes de la novena edición de los Premios Best in Class (BiC).
Para empezar, los expertos pusieron el acento en la aparición de las nuevas tecnologías y los fármacos de última generación. Unas innovaciones positivas para la práctica clínica, pero que han de ponerse en valor y en un contexto. "Ahora mismo se nos está bombardeando con una cantidad enorme de fármacos nuevos y de nuevas tecnologías, todas muy buenas, aplicables e interesantes que aparentemente tienen sus ventajas, pero por desgracia, en algunas tendremos que esperar un tiempo para ver sus beneficios reales", ha destacado José Antonio Amado, jefe del Servicio Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Cantabria).
Por su parte, Juan Francisco Merino, jefe de Servicio del Hospital Universitario La Fe resaltó que otro de los problemas existentes en la práctica clínica es el análisis de coste-efectividad. "Hay que hacerlo a años vista", lo que supone que "los beneficios se verán años después". Éste es el motivo de que muchas veces resulte "difícil convencer a los gerentes de que lo que se está haciendo es bueno", puesto que lo que exigen "son resultados más inmediatos", apuntó.
"Si ahora nos dedicamos a gastar el dinero en un fármaco que no demuestra eficacia, significa que no lo hemos hecho bien", ha afirmado Amado, quien insistió en las diferencias que existen entre profesionales y la administración.
"La administración es muy cortoplacista, le interesa lo que estás gastando y no la eficacia de los tratamiento a largo plazo, a pesar de que estos van a disminuir las hospitalizaciones", ha indicado, a la vez que explicaba que la idea de los médicos es tratar a los pacientes de la manera "más eficaz y efectiva posible para evitar complicaciones, contribuyendo así a la sostenibilidad del sistema", aunque lamentó que la visión de la administración es "puramente economicista" y que, por tanto, "pone trabas constantemente".
Una de las situaciones de los últimos años, es que se han puesto a disposición de los pacientes una serie de fármacos que han supuesto nuevas vías que no estaban abiertas, según defiende el jefe de Servicio del Complejo Universitario La Paz (Madrid), Luis Felipe Pallardo.
Teniendo presente que el enfermo diabético está polimedicado, lo pertinente es "simplificar la dosificación de los fármacos", ya que "la asociación de fármacos va a mejorar la adherencia al tratamiento", apuntó Del Cañizo.