Existen muchos factores que influyen en la aparición de infecciones vaginales, entre los que destacan el uso de antibióticos que pudieran matar las bacterias amigables que están presentes en la cerviz; la utilización de ciertos medicamentos como corticoesteroides y anticonceptivos orales, así como situaciones como el embarazo que alteran el ambiente vaginal al cambiar los niveles de hormonas.
Numerosos estudios han demostrado que la diabetes es un factor que favorece también la aparición de infecciones vaginales debido a que los altos niveles de azúcar proporcionan un ambiente propicio para organismos como la cándida.
Para prevenir la aparición de estos malestares y evitar, de esta manera, que la diabetes se convierta en un factor de riesgo para incrementar las infecciones vaginales, es recomendable una buena higiene sexual, que puede conseguirse siguiendo algunas pautas, tales como separar durante el baño con los dedos los labios mayores y lavarlos con agua y jabón neutro; lavar el clítoris y la zona alrededor del ano, enjuagando bien para evitar que queden residuos de jabón; o secando los genitales muy bien con una toalla limpia.
Además, es preferible la ropa interior de algodón cambiándola de forma diaria; revisar los genitales de forma periódica; y cada seis meses o un año, practicarse un examen de Papanicolau.