En España se estima que seis millones de personas padecen diabetes, pero casi la mitad de ellos no está diagnosticado, lo que genera un mal control de la enfermedad y el agravamiento de los síntomas que provocan la muerte de alrededor de 25.000 personas al año, lo que supone una cifra 20 veces mayor que la de accidentes de tráfico.
En este sentido, la Sociedad Española de Diabetes (SED) ha destacado que la mayor parte de las personas que se encuentran sin diagnosticar proceden de las comunidades autónomas más grandes y dispersas, donde existen más dificultades para acudir al médico.
Además, de estos seis millones de españoles diabéticos, que suponen el 14 % de la población total, un 12 % se encuentran en situación de pre-diabetes, lo que quiere decir que si no modifica urgentemente sus hábitos de vida, puede acabar desarrollando la enfermedad.
Sonia Gaztambide, presidenta de SED, ha advertido en este sentido que "hay que pensar que la obesidad es siempre la antesala de la diabetes", al tiempo que ha recordado que la gran pandemia del siglo XXI es la obesidad, y una de sus consecuencias la diabetes, que se cobra la vida de una persona cada 8 segundos en todo el mundo.
La buena noticia es que la mitad de los casos de diabetes se puede prevenir, tal y como ha indicado el presidente de la Federación española de Diabetes (FEDE), Andoni Lorenzo, que ha abogado por una mayor inversión en educación y por la creación de la figura de enfermera educadora en diabetes, que controle a los pacientes y les guíe en los correctos hábitos de vida y alimentación.
Lorenzo ha denunciado que la Administración tiene a esta patología "abandonada" y no invierte dinero en su prevención y control. En este sentido, ha afirmado que "cada vez vemos más casos de diabetes tipo 2, que normalmente afecta a las personas de más de 50 años, en adolescentes de 15 años".
Una consecuencia directa de esta situación es que el coste directo de esta enfermedad alcanza los 5.300 millones de euros anuales, y otros 17.000 millones en bajas y prejubilaciones, lo que supone el 9 % del gasto sanitario.