Con la meta de disminuir el número de amputaciones de extremidades inferiores a consecuencia de un mal control de la diabetes, la doctora Miriam Verónica Flores Merino, de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), ha desarrollado un sustituto de piel de origen polimérico como alternativa para curar las úlceras del pie diabético.
El desarrollo creado en el Centro de Investigación en Ciencias Médicas (CICMED) de la UAEMex, es semejante a un parche o malla de hidrogel, el cual está diseñado para que tras colocarse encima de heridas recién diagnosticadas, superficiales, o incluso lesiones causadas por quemaduras se pueda ayudar a los procesos de cicatrización en un tiempo aproximado de un mes.
Este sustituto de piel es un biomaterial de consistencia gelatinosa elaborado a base de dos polímeros: el polietilenglicol, cuyas características físicas y químicas lo hacen biocompatible con el cuerpo humano; y el quitosano, que es capaz de promover la adhesión celular y la regeneración de la piel, además de tener una acción bactericida.
La especialista en biomateriales e ingeniería de tejidos explicó que a fin de verificar la efectividad del sustituto de piel y su seguridad, se han realizado análisis fisicoquímicos y cultivos celulares (células de fibroblastos), donde se demostró que ambos polímeros son biocompatibles y que no tienen efectos negativos contra el organismo humano.
También se practicaron exámenes mecánicos con el fin de obtener los datos de resistencia y elasticidad; y posteriormente se realizaron pruebas in vitro y en modelos murinos, donde se indujo la enfermedad a ratones, a los que les realizaron pequeñas incisiones, con el propósito de comprobar el tiempo en que se regeneraban las heridas al colocarles la malla del sustituto de piel.
Miriam Flores, quien pertenece al Sistema Nacional de Investigadores Nivel I, explicó que la efectividad del biomaterial depende de la concentración de ambos polímeros, ya que se complementan y cada uno suple las desventajas del otro, por ello se buscó la mejor combinación, a fin de crear un sustituto de piel más efectivo.
En el momento de buscar conjuntar ambos polímeros, se destacó la importancia de las propiedades del quitosano, ya que proveen el efecto bactericida y promueven la regeneración, sin embargo, al provenir de una fuente natural como lo es la quitina (elemento aislado de la concha de crustáceos) es más difícil moldear sus propiedades, aunque se explotó la capacidad del polietilenglicol para hacer el sustituto de piel compatible.