La resistencia a la insulina, una condición en la que las células del cuerpo no responden eficazmente a la insulina, es una característica definitoria de la diabetes tipo 2, de manera que profundizar en la comprensión de los mecanismos moleculares que subyacen a la resistencia a la insulina y su correlación con las características individuales, resulta vital para el avance de la medicina de precisión para tratar esta enfermedad.
Ahora, un avance pionero en esta área ofrece un potencial prometedor para tratamientos más eficaces y la posibilidad de una detección más temprana de la diabetes tipo 2.
De esta manera, un grupo de investigadores de la Universidad de Copenhague (Copenhague, Dinamarca) ha descubierto la manera en la que el cuerpo procesa la insulina, un descubrimiento que podría conducir a mejores opciones de tratamiento para la diabetes tipo 2 y a la posibilidad de diagnosticar la enfermedad de forma más temprana, incluso antes de que se manifieste.
El trabajo de estos invesigadores, publicado en la revista especializada Cell, revela que cada individuo presenta niveles únicos de resistencia a la insulina a nivel molecular, de manera que esta "huella molecular" de la sensibilidad a la insulina desafía la idea tradicional de que las personas se clasifican simplemente como sanas o con diabetes tipo 2.
Este avance se logró mediante proteómica avanzada, una técnica de análisis de proteínas para investigar el impacto de la insulina en el tejido muscular, a través de la que mediante el examen de biopsias musculares de más de 120 individuos, el equipo mapeó las alteraciones moleculares en respuesta a la insulina.
Los hallazgos de los investigadores indicaron que ciertas proteínas experimentan cambios constantes a medida que progresa la resistencia a la insulina, una firmas moleculares que podrían permitir la identificación temprana de individuos en riesgo, posiblemente incluso antes de la aparición de síntomas clínicos.
Además, los investigadores pudieron utilizar estos perfiles moleculares para predecir con precisión la respuesta del cuerpo a la insulina. En este sentido, el profesor asociado Atul Deshmukh, uno de los autores principales de la investigación, ha explicado que “encontramos una gran variación en la sensibilidad a la insulina, incluso entre personas consideradas sanas y entre aquellas diagnosticadas con diabetes tipo 2. Incluso hay personas con diabetes tipo 2 que responden mejor a la insulina que las personas sanas. Nuestro estudio resalta la necesidad de ir más allá de la clasificación de las personas y reconocer la variación individual”.