Geri Winkler es un diabético y austriaco que ha visitado nada menos que 193 países, pero no solo eso, sino que pese a su enfermedad, ha subido a la cima más alta de 93 de ellos.
En 1984, cuando tenía 28 años, se le detectó una diabetes que le obliga desde entonces a moverse siempre con la insulina como el elemento principal de la lista de cosas que debe meter a la mochila. Para entonces ya había aprovechado alguno de los largos periodos vacacionales de que disfrutaba en su Austria natal para realizar largos viajes, aunque la afición apenas había empezado el año anterior, en 1983.
En 2006, se convirtió en la primera persona dependiente de insulina en ascender al Everest, tras un viaje que comenzó en el Mar Muerto y le llevó a las faldas del Everest siete meses después, a lomos de su bicicleta.
En su larga trayectoria viajera y escaladora, ha completado el reto de las Siete Cimas, es decir, ascender al pico más alto de cada continente, lo que incluye las dos Américas, la Antártida, Europa, Asia, África y Oceanía. En todo este tiempo, no ha parado de subir montañas y hacer senderismo y viajes en bicicleta durante décadas.
En 2016, coincidiendo con una lesión en su pierna izquierda que le impedía practicar el montañismo, cayó en la cuenta de que gracias a esa afición por la naturaleza había visitado todos los países del mundo, menos 11. Así que decidió tirar de lista y completar los 193 países pertenecientes a la ONU. El último que visitó fue el Congo, cuando tenía 61 años.
