El consumo regular de bebidas azucaradas, incluyendo los zumos comerciales, es un factor de riesgo, por sí solo, de la diabetes, independientemente de su implicación también en la ganancia de peso a largo plazo y en la obesidad entre los asiduos a los refrescos.
Así lo afirman los autores de un estudio que acaba de ver la luz en la revista científica British Medical Journal, que asegura que hasta la fecha, las evidencias al respecto "eran limitadas". Se sabía que la ingesta de bebidas carbonatadas aumenta la adiposidad, pero no había una respuesta clara sobre su papel en el desarrollo de la diabetes.
Para abordar esta cuestión, un equipo internacional de científicos liderado por la Universidad de Cambridge (Reino Unido), ha realizado un meta-análisis centrado en el análisis de 17 estudios observacionales (seleccionados entre más de 1.937 artículos) "que no están financiados por la industria", ha aclarado Fumiaki Imamura, uno de los responsables de este trabajo.
Cuenta el diario El Mundo que se trata de un detalle importante, dado que, tal y como mostraba un estudio español en 2013 en la revista PLos Medicine, "los estudios que defienden la inocuidad de las bebidas azucaradas están financiados por la propia industria", señala Miguel Ángel Martínez-González, miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn).
Aluden que simplemente "aportan un añadido calórico como cualquier otro producto alimenticio" y en cuanto a posibles efectos sobre la salud, "aseguran que están mediados por la obesidad", no son consecuencia directa del consumo de refrescos.
Lo cierto es que desde que en 2004 la revista JAMA publicó un primer trabajo sobre los efectos nocivos de las bebidas azucaradas, ya no ha habido tregua. Son numerosos los grupos de científicos que, en pro de la salud pública, continúan trabajando para demostrar sus efectos en la población. Así, por ejemplo, hace apenas unos meses, las páginas de Circulation asociaban el consumo de refrescos con un total de 184.000 muertes anuales.
En palabras de Amelia Marti, otra especialista del CIBERobn y también de la junta directiva de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), "la adiposidad, con el tiempo, genera resistencia a la insulina. El exceso de peso altera el equilibrio de los lípidos, va bajando la sensibilidad de la insulina y, poco a poco, con los años, progresa y termina en diabetes".
Uno de los puntos fuertes del nuevo meta-análisis es que refuerza el papel autónomo de las bebidas azucaradas en la diabetes, con independencia del sobrepeso. En total, se analizaron los datos de 38.253 personas (de EEUU y Reino Unido) con diabetes tipo 2 y, relacionándolos con su consumo habitual de bebidas azucaradas, los investigadores pudieron extraer una ecuación de riesgo de diabetes atribuible a este tipo de productos.
En los próximos 10 años, "entre el 4% y el 13% de los nuevos casos en EEUU y entre el 2% y el 6% en Reino Unido" podrían explicarse por una ingesta excesiva de refrescos y zumos empaquetados. En España no hay datos de este tipo, expone Marti. Sin embargo, "podríamos situarnos más o menos en las cifras inglesas".
En definitiva, lo que significa esta conclusión es que, hasta el 13 % del riesgo de diabetes se justifica con el consumo desproporcionado de bebidas azucaradas. No obstante, "existe otro conjunto de desencadenantes", aclara la experta española al comentar esta investagación: "Factores genéticos, estilo de vida (como el sedentarismo), otras enfermedades asociadas (como la obesidad), el consumo exagerado de grasa saturada...".