Científicos de todo el mundo trabajan para desentramar los mecanismos de la diabetes, y casi todos coinciden en que al comer es beneficioso ingerir los vegetales y proteínas primero y los carbohidratos al final. Además, algunos de estos han determinado que la secuencia alimenticia también es positiva para personas saludables, aunque no es recomendable para personas que padecen o se recuperan de desórdenes alimenticios, tales como la anorexia o la bulimia.
De esta manera, se ha descubierto que si un paciente saludable aprende a secuenciar correctamente los grupos alimenticios, obtendrá un mejor funcionamiento del sistema digestivo y endocrino, de modo que comer vegetales primero, proteínas y grasas después y carbohidratos y almidones al final retrasa el vaciamiento gástrico y aumenta la secreción en el intestino delgado de la hormona péptido 1 (GLP-1) que genera la sensación de estar satisfecho.
Así las cosas, en un paciente diagnosticado diabetes, esta secuenciación se traduce en mejor calidad de vida, ya que mantiene a raya los síntomas inmediatos de la falta o exceso de insulina, tales como cansancio, micción frecuente y sed excesiva. Adenás, reduce la probabilidad de afecciones del corazón, ceguera, derrames cerebrales, enfermedad renal y amputaciones.
Uno de estos estudios conducido por Hitoshi Kuwata, que contó con el apoyo de la Sociedad Japonesa para la Promoción de la Ciencia, la Asociación Japonesa para la Educación y Cuidado de la Diabetes, y la Fundación Japonesa para la Investigación de la Enfermedad Vascular, encontró que los vegetales ricos en fibra ayudan al sistema digestivo y endocrino a generar las enzimas (amilasa, lipasa, proteasa) y hormonas (PPY, CCK, leptina y grelina) que envían al cerebro la señal de sentirse satisfecho.
De esta manera, se concluyó que tomar los vegetales primero, seguido por las proteínas o grasas, da una progresiva sensación de llenado y a querer comer menos carbohidratos.
Otro estudio conducido por Alpana Shukla demostró en 2017 que comer los vegetales primero, las proteínas después y los carbohidratos de último ayudaron a 16 pacientes con diabetes tipo 2 a bajar los picos de glucosa hasta en 54 % en promedio.
La investigación constató que los pacientes con diabetes tipo 2 liberaron menos insulina postprandial y más LGP-1 cuando comieron los carbohidratos de último. Al profundizar su línea de trabajo, concluyeron al año siguiente que sus hallazgos pueden beneficiar a las personas con prediabetes y diabetes tipo 2.
Con estos nuevos hallazgos podría comenzar a hablarse de un reordenamiento en la ingesta de los alimentos, de manera que el equipo de Shukla considera que la secuenciación de los alimentos es una estrategia alternativa que mitiga los efectos metabólicos de los carbohidratos. En este sentido, ha explicado que «se trata de una estrategia novedosa y sencilla para atenuar las variaciones de la glicemia en la prediabetes. Sin embargo, aún no es posible definirla como una herramienta para la prevención de la diabetes".
Otro trabajo publicado por Lorenzo Nesty y otros científicos en la revista Fronteras de la Endocrinología en 2019, indica que los efectos de la secuencia alimenticia en reducción de azúcar e insulina en sangre también son a largo plazo, de forma que en personas con diabetes tipo 2, la ingesta 30 minutos antes de cada comida de 25 gramos de proteína de suero, 4 semanas consecutivas, tuvo un efecto sostenido sobre la glucosa posprandial y en la reducción de fructosamina.
Nesty concluyó que el consumo de proteínas y grasas antes de las comidas, también denominado precarga alimenticia o precarga nutricional, puede reducir notablemente la glicemia posprandial. En este sentido, el experto detalló que “un retraso en el vaciamiento gástrico, una mejor liberación de insulina estimulada por la glucosa y una disminución de la función hepática resultan en una absorción de glucosa más lenta».