A pesar que los términos “diabetes insípida” y “diabetes mellitus” suenan similares, no tienen relación médica entre sí, y mientras que la diabetes mellitus (DM) es una enfermedad crónica y silenciosa producida por el aumento de la glucosa en la sangre; la diabetes insípida (DI) es una afección poco frecuente relacionada con el desequilibrio de líquidos en el cuerpo, y caracterizada por el aumento de eliminación de orina diluida.
El hipotálamo, ubicado en la región del encéfalo, se encarga de regular la temperatura corporal, y la sensación de hambre y sed. En condiciones normales, este órgano se encarga de producir una hormona antidiurética, conocida también como hormona arginina vasopresina, que se reserva en la hipófisis, desde donde es liberada al torrente sanguíneo.
La hormona arginina vasopresina se encarga de controlar y equilibrar el contenido de agua y sales circulantes en el cuerpo, por eso su actuación se produce a nivel renal incrementando la reabsorción de agua en los riñones y concentrando la orina.
El desequilibrio de la hormona antidiurética se conoce como diabetes insípida y se produce por una deficiencia o resistencia de la hormona vasopresina.
Así las cosas, el déficit de la arginina vasopresina se relaciona con una falta de producción de la hormona antidiurética por parte del hipotálamo, o debido a que la hipófisis no es capaz de liberar la cantidad de hormona necesaria para cumplir con sus funciones de forma adecuada.
Entre las causas más frecuentes para padecer diabetes insípida destacan trastornos hereditarios, traumatismos craneales, tumores cerebrales o infecciones como encefalitis o meningitis.
En el caso de la diabetes insípida nefrogénica, que se produce por una resistencia de la hormona arginina vasopresina, los riñones no responden a la acción de la esta hormona y, por ende, el cuerpo pierde mucha cantidad de líquido a través de éstos.
En ambos tipos de diabetes insípida se eliminan grandes cantidades de orina diluida. No obstante, y según el origen del desequilibrio hormonal, entre los síntomas más frecuentes de la deficiencia de arginina vasopresina destacan sed intensa e incontrolable y aumento de micciones, ocasiones en las que el organismo pide beber agua helada, y en las que tanta ingesta de líquido conlleva a producir un volumen grande de orina, que podría ser de entre 3 y 15 litros de micción al día.
En el caso de no recuperar el volumen de agua perdido, es posible la aparición de un cuadro de deshidratación e hipernatremia. En casos leves, el impulso para compensar la sed es una rehidratación adecuada, pero cuando la DI es de gravedad, en caso que la persona no tenga acceso al agua, la afección puede derivar en una deshidratación rápida y provocar hiperosmolaridad, hipernatremia, es decir, un incremento de la concentración de sodio en sangre, y en algunas ocasiones hasta la muerte.
Así las cosas, se puede decir que, básicamente, la persona con diabetes insípida no tiene la capacidad para conservar semejante volumen de agua en el cuerpo y se produce una merma rápida de líquido en forma de orina diluida, por lo que para compensar la pérdida excesiva de líquido a través de la orina, una persona con DI necesita tomar grandes cantidades de agua, impulsada por una sed intensa, a fin de equilibrar el cuerpo y no llegar a una deshidratación que, lógicamente, puede llegar a ser muy peligrosa.