Douglas Melton es un investigador estadounidense que usa las células madre para terminar con la insulinodependencia de casi nueve millones de personas, Esta semana ha visitado nuestro país para recoger el premio Abarca Prize, en lo que denomina como "una oportunidad para dar visibilidad a nuestro trabajo".
Hace 20 años Douglas Melton le prometió a su hijo que iba curarle la diabetes tipo 1, y luego haría lo propio con su hija. Emma, Sam y otros casi nueve millones de personas en el mundo esperan que dé con la clave.
En una amplia entrevista concedida al diario El Mundo, este investigador dice que lo conseguirá, aunque no será inminente: «estamos en el camino correcto para poder cantar victoria».
Melton trabaja en el desarrollo de una terapia de sustitución celular para la diabetes de tipo 1, a la que ha dedicado el grueso de su carrera profesional, durante la cual ha venido investigando cómo funcionan las células madre. Antes de que se cruzara esta enfermedad en su vida, «estudiaba el desarrollo de los animales, en concreto una parte llamada Biología del desarrollo. En definitiva, observar y conocer cómo crece un óvulo y diferencia células para convertirse en un animal adulto. La mayoría de los experimentos los llevaba a cabo con ranas y ratones». para lo que inició sus estudios de Biología en la Universidad de Illinois (EEUU). Posteriormente se mudaría a la Universidad de Cambridge en Inglaterra con una beca Marshall.
Allí obtuvo una licenciatura en Historia y Filosofía de la Ciencia y realizó un doctorado en Biología Molecular en el Trinity College y el Laboratorio de Biología Molecular del MRC del Imperial College London.
Estos días está en nuestro país estos días para recibir el Abarca Prize, el Premio Internacional de Ciencias Médicas Doctor Juan Abarca, en su tercera edición, una distinción promovida desde la Fundación HM, de la que el biólogo ha dicho: «este galardón representa, en mi opinión, el trabajo de muchos de mis colegas, mis estudiantes y becarios postdoctorales durante 20 años. Es una oportunidad para dar visibilidad a lo que hacemos», para recalcar que «hemos estado trabajando para tratar de fabricar células que alivien a las personas que tienen la obligación de inyectarse insulina a lo largo de todos los días de su vida».
Melton dejó hace menos de un año su laboratorio en la Universidad de Harvard darle un impulso a sus investigaciones. En este sentido ha dicho que «aquí puedo avanzar más en los ensayos. Me entusiasma la posibilidad de encontrar un tratamiento para millones de personas».
Cuando habla de diabetes, Melton insiste en que «debemos diferenciar dos enfermedades», es decir, tipo 1 y 2. «De la primera no sabemos cómo se origina y no podemos evitarla», ha subrayado; mientras que sobre la diabetes tipo 2, que últimamente ocupa titulares en la prensa debido a los nuevos fármacos, afirma que «sabemos que puede prevenirse con dieta y ejercicio. O sea, que podemos evitarla».
Desde el Laboratorio de Células Madre y Biología Regenerativa de Harvard ha realizado la mayoría de los avances para dar con la tecla que resolverá la insulina dependencia de los diabéticos tipo 1. Pese a estar ahora en Vertex no ha roto sus vínculos con la universidad, de forma que explica que «me cogí una excedencia en mayo de 2022. Si bien todavía doy clases en Harvard, toda mi investigación y trabajo de laboratorio se realiza en Vertex, donde me llaman investigador distinguido».
Además de ser miembro fundador del laboratorio que se ha convertido en pionero en el proceso de conversión de células madre en células beta productoras de insulina, Melton es codirector del Instituto de Células Madre de Harvard e investigador del Instituto Médico Howard Hughes. También es cofundador y miembro del consejo asesor científico de Semma Therapeutics, miembro del consejo asesor científico de Fidelity Biosciences y miembro del consejo fiduciario de Bluebird Bio.
En resumen, Melton y el equipo de su laboratorio están cerca de encontrar la curarpara la diabetes tipo 1, que lejos de mantener las cifras de nuevos casos, aumenta. «No sé muy bien la causa, pero es importante que avancemos en nuestros estudios porque va a haber más gente con el tipo 1, que recordemos no es prevenible», ha recalcado, para subrayar que puede convertirse en un desafío paralelo al que hay con el cerebro.
Melton lleva años afinando la técnica y las investigaciones de su idea, y confiesa que sus teorías al principio no tuvieron una buena acogida, hasta que llegaron los resultados. En este sentido, ha afirmado que «soy una persona terca. Estoy convencido de que esto puede funcionar», afirma contundente, y aunque como buen científico no le gusta poner fechas, su entusiasmo por los buenos resultados le hace ser optimista al apuntar que «la cura no será el año que viene, pero será antes de una década».