La diabetes está normalmente asociada con un mayor riesgo de infecciones graves y sus complicaciones derivadas, entre las que destaca la enfermedad neumocócica invasiva (ENI), causada por Streptococcus pneumoniae, un patógeno que afecta a millones de personas en todo el mundo. Ahora, un reciente estudio observacional multicéntrico ha puesto en evidencia una elevada tasa de mortalidad hospitalaria asociada a esta infección en pacientes con diabetes, especialmente los mayores y personas afectadas por múltiples enfermedades crónicas.
Este análisis incluyó todos los casos de ENI registrados en los hospitales del Sistema Nacional de Salud de nuestro país entre 1997 y 2022, evaluando no sólo los factores de comorbilidad que influyeron en la mortalidad intrahospitalaria, sino también la capacidad predictiva de los índices de comorbilidad de Elixhauser (ECI) y Charlson (CCI).
Estos resultados ponen de manifiesto que la edad avanzada, el sexo masculino y la presencia de múltiples comorbilidades, como hipertensión, insuficiencia cardíaca o cáncer metastásico, se asocian a un riesgo significativamente mayor de fallecimiento.
Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es que a partir de una puntuación de comorbilidad ECI superior a 4, la mortalidad se incrementa de forma notable. En concreto, una puntuación mayor de 5 multiplica por más de cuatro el riesgo de fallecer en el hospital en comparación con aquellos pacientes con puntuaciones más bajas.
Por otra parte, el análisis evidenció que el CCI tiene mayor capacidad predictiva de mortalidad hospitalaria que el ECI en este contexto, de manera que las personas con diabetes, especialmente tipo 2, presentan con frecuencia una alteración del sistema inmunitario que compromete la respuesta ante infecciones.
Así las cosas, esta disfunción inmune, unida a la mayor prevalencia de enfermedades crónicas y al deterioro progresivo de órganos y sistemas, aumenta la susceptibilidad a infecciones graves como la ENI.
En el estudio, las complicaciones infecciosas más frecuentes entre los pacientes con diabetes incluyeron neumonía, derrame pleural, pericarditis, hipoproteinemia, cetoacidosis diabética y mediastinitis; y la incidencia de estas complicaciones fue significativamente mayor que en pacientes sin diabetes. Además, las infecciones fueron más frecuentes y graves en personas con diabetes tipo 1, y se prolongaron los tiempos de hospitalización en comparación con la población general.
A ello se suma el riesgo creciente de infecciones neumocócicas asociado a otros virus respiratorios como la gripe, el virus respiratorio sincitial o, más recientemente, el SARS-CoV-2, cuya pandemia también ha sido vinculada al aumento de nuevos diagnósticos de diabetes tipo 1.
El estudio identificó una disminución progresiva de los casos causados por serotipos incluidos en la vacuna PCV13, excepto el serotipo 3, mientras que los incluidos en PCV20 y PPSV23 no mostraron un descenso, reflejando un cambio en la circulación de serotipos que debe tenerse en cuenta para futuras estrategias de vacunación.
De esta manera, además de reforzar las coberturas de vacunas en niños menores de dos años, el estudio subraya la necesidad de administrar dosis de refuerzo de vacunas conjugadas neumocócicas en pacientes con diabetes, en particular tipo 1; al tiempo que los autores advierten que se requieren más investigaciones sobre la portación de S. pneumoniae en esta población y la distribución específica de serotipos, dado el riesgo potencial elevado.
Este trabajo refuerza la necesidad de actualizar las estrategias de salud pública en población diabética, priorizando tanto la vacunación como la monitorización activa de enfermedades infecciosas prevenibles, y todo en un contexto de envejecimiento poblacional y aumento de la diabetes. Por todo ello, los autores del trabajo consideran que resulta crucial adaptar los sistemas sanitarios para proteger eficazmente a los grupos más vulnerables frente a infecciones como la ENI.