El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico, el encargado de llevar la información que recoge el ojo hasta el cerebro y por tanto esencial para gozar de una buena visión. Los expertos alertan de que la diabetes y la hipertensión destacan entre las enfermedades que pueden elevar el riesgo de padecer glaucoma, por lo que estos pacientes deben incrementar la frecuencia de sus revisiones oftalmológicas con el fin de detectar cualquier síntoma o anomalía.
El glaucoma es una patología que provoca una pérdida de visión de forma lenta y habitualmente afecta primero a la visión periférica (lateral), llegando en casos avanzados a lo que se conoce como visión en túnel. Los expertos han alertado de que esta patología visual supone la segunda causa de ceguera en los países desarrollados, una pérdida visual suele ser constante e irrecuperable, por lo que resulta fundamental realizar revisiones oftalmológicas que permitan su detección a tiempo para recibir el tratamiento adecuado y evitar esta progresiva pérdida visual.
Habitualmente, los glaucomas se dividen en dos grandes grupos: de ángulo abierto o de ángulo cerrado. El de ángulo abierto es el glaucoma más frecuente y afecta aproximadamente a un 3 % de la población; por contra, el glaucoma de ángulo cerrado es menos habitual, pero puede ser más peligroso porque puede producir un daño agudo y severo en algunos casos.
Hay que tener en cuenta que cualquier persona a cualquier edad tiene riesgo de padecer una de las formas de glaucoma, pero existen algunos grupos con una mayor predisposición, como son las personas con miopía alta o hipertensión ocular.
La incidencia de la enfermedad aumenta con los años, especialmente a partir de los 40 años; y como es habitual que la enfermedad no dé síntomas en las primeras fases, muchas personas de estas edades todavía no son conscientes de padecerla. Otro factor de riesgo es la herencia familiar, de manera que en aquellas personas en las que alguno de sus familiares haya tenido glaucoma se incrementa la posibilidad de padecer esta enfermedad.
En cualquier caso, la diabetes y la hipertensión se presentan como las enfermedades que pueden elevar con mayor intensidad el riesgo de padecer glaucoma, por lo que estos grupos deben incrementar la frecuencia de sus revisiones oftalmológicas, con el fin de detectar cualquier síntoma y/o anomalía.
Entre los colectivos de riesgo se encuentran también quienes sufren traumatismos oculares, del mismo modo que las lesiones oculares tras algunos deportes de contacto pueden desembocar en el llamado glaucoma traumático, que puede surgir justo después de la lesión o, incluso, años después.
Por último, los expertos advierte de otras causas como el uso de fármacos como los corticoides o determinadas enfermedades oculares como la dispersión pigmentaria o la pseudoexfoliación del cristalino también pueden ser causantes de glaucoma.
Además, algunos estudios indican que las personas de ascendencia asiática tienen más riesgo de padecer glaucoma de ángulo cerrado y glaucoma de tensión normal, mientras que los de ascendencia afroamericana tienen un riesgo mayor de sufrir glaucoma que aquellos de origen caucásico.