Cuatro de cada diez enfermos de diabetes sufre enfermedad renal. La nefropatía diabética es el daño o enfermedad renal derivado de la diabetes. No da síntomas en su inicio, por lo que el daño renal se puede haber instaurado entre cinco y diez años antes del inicio de los síntomas.
Ya en las fases más graves de la enfermedad puede aparecer fatiga, malestar general, dolor de cabeza, nauseas y vómitos, inapetencia e hinchazón de miembros inferiores. Generalmente el tratamiento puede llevar a la diálisis o el trasplante de riñón, por detectarse en sus fases más avanzadas.
Si además el paciente sufre hipertensión y es fumador el daño es más rápido y grave. De ello se deriva la necesidad del diagnóstico precoz de la patología.
Es de vital importancia para los diabéticos el control de los valores de azúcar en sangre, los triglicéridos y el colesterol mediante la realización de análisis periódicos, así como el control del sobrepeso con una dieta adecuada para diabéticos y evitar o erradicar el hábito del tabaco en las personas que sufren la enfermedad.