La obesidad es uno de los principales problemas de salud pública debido al rápido aumento de su prevalencia y a su alta comorbilidad con diversas enfermedades, como el síndrome metabólico, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Los cambios sociales asociados a una elevada ingesta de alimentos con alta carga energética y una baja actividad física han creado un entorno propenso a la obesidad en todo el mundo. En este contexto, la identificación de nuevos factores implicados en la regulación del balance energético es fundamental a fin de desarrollar estrategias de intervención más eficaces.
Uno de esos nuevos factores que contribuyen a la aparición de la obesidad y, por tanto, de la diabetes podría ser la microbiota intestinal. En la ponencia dedicada a la “Inflamación y diabetes” presentada durante la celebración del 25º Congreso de la Sociedad Española de Diabetes (SED), diversos especialistas hablaron de los nuevos mecanismos que explican la relación entre la inflamación y resistencia a la insulina, donde la microbiota juega un papel fundamental.
Según explica el Dr. Francisco J. Tinahones, jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Clínico Virgen de la Victoria de Málaga, “en el momento actual se conoce que cuando el tejido adiposo se hipertrofia, fruto de un exceso de ingesta alimentaria, este tejido se infiltra de células inflamatorias que producen sustancias que están asociadas al desarrollo de diabetes, haciendo que los sujetos obesos incrementen de forma muy considerable su riesgo de padecer diabetes tipo 2”.
“Por otro lado, un incremento de la permeabilidad intestinal se está relacionando con los cambios en nuestra microbiota, este aumento de la permeabilidad nos aislaría con más dificultad del medio externo y contribuiría a que pasaran a nuestro interior sustancias o microorganismos que producirían inflamación y finalmente diabetes tipo 2”, argumentó el Dr. Tinahones.
La microbiota intestinal la conforman los microorganismos que viven en nuestro intestino y que influyen en las funciones metabólicas e inmunológicas. Junto con algunos probióticos sirve para regular las funciones inmunológicas del individuo, protegiéndolo frente a infecciones y procesos de inflamación crónica. Sin embargo, los cambios y desequilibrios en el ecosistema intestinal podrían contribuir a la inflamación del tejido adiposo responsable del desarrollo de resistencia a la insulina y del aumento del peso corporal.
Aunque esta línea de investigación está tan sólo en su inicio, las investigaciones efectuadas en este sentido están aportando una información clave para conocer nuevos factores implicados en el desarrollo de la obesidad y de las enfermedades metabólicas, así como para mejorar las estrategias de intervención nutricional para prevenirlas.