Según la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE), con el aumento del calor, las personas con diabetes se establecen como un colectivo de riesgo que necesita hidratarse más y procurar no exponerse al sol en las horas punta, para evitar golpes de calor o subidas de azúcar.
Para algunos, reducir estos riesgos o simplemente disfrutar más de las vacaciones sintiéndose más ágiles y activos, se convierte en la motivación que les faltaba para iniciar un tratamiento de pérdida de peso. Aprovechar el verano para perder peso es una alternativa que cada vez está tomando más protagonismo, ya que puede hacer que esta época sea aún mejor para aquellos diabéticos que tengan exceso de peso.
Por ello, es oportuno para los diabéticos abordar en estas fechas un tratamiento multidisciplinar de pérdida de peso y mantenimiento, específico para ellos, que busque el control de su diabetes y la modificación de su estilo de vida a largo plazo.
Este tipo de tratamientos permitirá reducir el principal problema de estos pacientes: el exceso de peso, que supone un mayor riesgo en verano, ya que al ir asociado a la diabetes tipo 2, puede provocar más fácilmente deshidratación y desajustes glucémicos en los pacientes.
Los profesionales de la nutrición serán los encargados de adaptar los diferentes métodos a cada paciente y a cada época en la que se encuentre, ofreciéndo trucos, consejos y pautas que les ayudarán a seguir más fácilmente todo el tratamiento.
Realizar ejercicios de actividad física que combinen resistencia y fuerza a primera hora de la mañana en la playa, conocer qué pautas alimentarias son más adecuadas para estar bien hidratado y no generar picos de azúcar en sangre en estas fechas, o descubrir cambios de enfoques mentales para superar cada paso del proceso de pérdida de peso, son algunos de los ámbitos en los que un profesional puede ayudar al paciente.