Un nuevo análisis sobre las consecuencias de larga duración que la Segunda Guerra Mundial tuvo sobre los europeos continentales ha descubierto que vivir en un país que fue devastado por la guerra aumenta la probabilidad de una serie de problemas físicos y mentales en el futuro.
En concreto, haber experimentado la guerra está asociado con más probabilidad de padecer diabetes, depresión y enfermedades del corazón en los adultos mayores.
Debido a que muchos hombres murieron durante el conflicto, la guerra también redujo la probabilidad de que las mujeres se casaran y dejó a muchos niños sin padre, un factor clave en los niveles de educación inferiores de los que vivieron la guerra, según esta investigación, que se publicará en la edición de marzo de Review of Economics and Statistics y que ha sido realizada por un grupo de economistas que examinaron información detallada de personas mayores encuestadas en 12 países europeos sobre sus experiencias durante la guerra, así como su situación económica y de salud más adelante en la vida.
"Mientras que un evento de la magnitud de la Segunda Guerra Mundial afectó a todas las clases sociales en Europa, nuestra evidencia sugiere que los efectos más graves de las últimas décadas se encontraban en la clase media" , ha señalado James P. Smith, uno de los autores del estudio y presidente en el Departamento de Estudios Demográficos y de Mercado de RAND Corporation, una organización de investigación sin ánimo de lucro.