Fabrican una bomba de insulina low-cost para tratar la diabetes

Un proyecto desarrollado en la sede de Medellín de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), llevado a cabo por un equipo de investigadores dirigidos por el profesor Santiago Rivadeneira, del Departamento de Energía Eléctrica y Automática de la Facultad de Minas, trabaja desde 2015 en una alternativa de bajo coste para fabricar una bomba de insulina para tratar la diabetes.

El profesor Rivadeneira ha explicado que este dispositivo electromecánico cuenta con una reserva de insulina que se almacena para ser dosificada. “Lo que hicimos fue crear una inyección motorizada que reemplaza el procedimiento de la inyección manual, permitiendo que las personas diabéticas determinen la dosis que necesitan y programen el dispositivo para que los inyecte cuando sea necesario regular los niveles de glucosa”, ha explicado el especialista.

Se estima que la propuesta de este Grupo de Investigación en Tecnologías Aplicadas (GITA) de la UNAL tenga un coste final de 1.000 dólares, una cifra que podría ser mucho menor cuando se convierta en un producto comercial y se hagan los estudios pertinentes.

Normalmente la bomba de insulina viene acompañada de un sensor de glucosa para que el paciente monitorice su presencia en la sangre y determine la dosis de insulina necesaria. El profesor Rivadeneira ha explicado que en el caso del modelo de la empresa Medtronic, que distribuye este tipo de equipos en Colombia, el sensor puede costar hasta 400 dólares por cada cuatro días, por lo que decidieron trabajar a partir de un sensor comercial conocido como Freestyle Libre, que funciona a través de un dispositivo que se ubica en el brazo del paciente, para que cuando sea escaneado les dé la información de su glucosa.

Es más económico, pero el problema es que por sí solo no arroja datos, y no se puede acceder a ellos sino es a través de un software, y cada cierto tiempo”, ha señalado el el docente, que ha defendido que el sensor interviene de forma no invasiva con un dispositivo diseñado por el GITA para poder enviar esta información recuperada a la bomba y tener dosis más precisas, o almacenarla para que el paciente, el médico o su familia la utilicen posteriormente.

Se trata de algo muy útil para monitorizar, por ejemplo, la dosificación en niños diabéticos y evitar efectos negativos como la hipoglicemia y la hiperglicemia. Aunque la bomba de insulina diseñada ya es funcional y podría ser comercializada, se está trabajando para obtener primero una patente sobre este producto a través de una convocatoria de Colciencias.

Además se sigue perfeccionando un algoritmo de control que permita que el sensor funcione automáticamente con la bomba, para que el paciente no tenga que regular de forma manual las dosis de glucosa. “En la actualidad el paciente tiene que ‘decirle’ a la bomba cuánta insulina debe inyectarse, entonces en el proyecto –que aún continúa– la idea es utilizar estos dispositivos y lograr que todo el control de la glucosa en la sangre sea automático durante todo el día”, ha asegurado el profesor Rivadeneira.

Estos avances se realizan gracias a un proyecto del GITA aprobado por Colciencias, con el que se espera seguir cosechando frutos como los dos premios que ya ha recibido: el Otto de Greiff en 2017, y este año el reconocimiento en los “Premios Medellín Investiga 4.0”, a una de las estudiantes de pregrado participantes.

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