Se suele hablar mucho sobre el peligro que supone la exposición sin protección a la radiación ultravioleta del sol, y no solo por su relación directa con incómodas y dolorosas quemaduras y con manchas cutáneas, sino también por su estrecho vínculo con el cáncer de piel. Pero ¡atención!, las quemaduras solares pueden suponer un especial riesgo para las personas con diabetes.
Con o sin diabetes, la recomendación de los expertos es clara: se debe usar factor de protección todo el año, especialmente en los meses de verano o de mayor exposición solar. Sin embargo, las quemaduras solares pueden suponer un especial riesgo para las personas con diabetes, y el motivo es que el nivel de glucosa en sangre no solo depende de lo que comemos o de si ingerimos más o menos hidratos de carbono, sino que también depende de otros factores.
Entre estos factores destacan las quemaduras solares, es decir, que aunque en personas con diabetes estas lesiones en la piel no van a ser más graves per se, sí pueden hacer que el nivel de azúcar se dispare. En este contexto, según ha explicado Diana Díaz Rizzolo, dietista-nutricionista e investigadora en diabetes en la Universidad de Columbia (Nueva York), “lo que sucede es que se inhibe una molécula que tiene que promocionar, de alguna manera, que se produzca la insulina o que esa insulina actúe correctamente”-
Esto hace que se bloquee el uso correcto de la insulina y que pueda ocurrir una subida de azúcar en sangre. De esta manera, según han alertado en su página web los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), “el dolor causa estrés, y el estrés aumenta los niveles de azúcar en la sangre”.
Así las cosas, queda claro que las personas diabéticas deben tener un especial cuidado con las quemaduras solares, de la misma manera que con todo aquello que desencadene el incremento de glucosa en sangre ya que, en estos casos, es especialmente importante evitar esos picos.