De la mano de la obesidad y el sedentarismo, dos de los grandes males de la actual sociedad, se expande entre la población la diabetes, una enfermedad crónica y cuya incidencia afecta entre el 11 y el 15 % de la población. «Es lo que señalan los estudios, aunque casos diagnosticados sólo se encuentra entre el 4 y el 5%. En los últimos años aumenta, especialmente entre la población joven», comenta la enfermera Margarita Balbín, del servicio de Endocrinología del Hospital San Agustín de Avilés.
Como toda enfermedad crónica, la presencia de la diabetes implica un cambio radical en la vida de los pacientes y sus familias. Es necesario modificar hábitos y asumir nuevas rutinas. Y no siempre resulta fácil. En ese camino, la educación para la salud es básica.
Según cuent la Voz de Avilés, no de los métodos más eficaces son los mapas de conversación sobre diabetes, una guía con cinco sesiones donde enfermos y familiares conversan sobre diferentes aspectos de la enfermedad. Con ellos se abordan aspectos que van desde conocer la enfermedad, sus características, la alimentación del diabético, la insulina o las formas de abordar el pie diabético. Una enfermera modera el debate donde lo importante es la voz del enfermo.
Bajo el título genérico de Conversaciones en diabetes, el pasado mes de abril, empezaron a impartirse en el Hospital San Agustín, donde ya se han celebrado nueve talleres. A ellos se une la oferta en los diferentes centros de salud. Las enfermeras del Hospital San Agustín formaron al resto de enfermeras de Atención Primaria en la utilización de los mapas, después de haber participado en un curso específico en Madrid.
También había casos con experiencias previas, como el caso de Marta Villamil, del Centro de Salud de Cudillero. "Para mí es una herramienta muy importante por la dispersión geográfica de la población. No es tan fácil para el paciente acceder a los recursos sanitarios y el autocontrol es muy importante", ha explicado Marta Villamil.
En la medida en que ha sido posible, se formó a dos enfermeras en cada centro de salud con la idea de poder cubrir vacaciones y mantener el taller activo el tiempo que se considere oportuno. Los talleres complementan la atención individual que mantiene cada enfermera con sus pacientes.
El Centro de Salud de El Quirinal organizó este año su primer taller. María Delia Gómez y Astrid Suárez coinciden en que el desarrollo no presenta diferencias sustanciales con los impartidos por Marta Villamil en Cudillero, en torno rural. «
Para ellas, "el éxito es la participación y el intercambio de experiencias. No se trata de una típica charla donde ellos van a escuchar", asevera Astrid Suárez. Marta Villamil recuerda que "cuando empecé en Cudillero, tenía recelos por la intimidad de las personas, pues todos se conocen y pensaba que podían no querer compartir detalles de la enfermedad".
La reacción es igual entre los pacientes que participan en los talleres de Primaria o en el hospital, donde entran personas con dificultades en el seguimiento de la enfermedad. "Participan y desmitifican aspectos de la diabetes", comenta Margarita Balbín. Aunque los talleres no cambian otros aspectos en la vida del diabético, como el seguimiento por el médico; las enfermeras aseguran que se aprecia una mejora en la calidad de vida de los pacientes.
