Descubren unos biomarcadores que anticipan el diagnostico de diabetes hasta siete años

Los niveles de butirato e isobutirato, ácidos grasos de cadena corta producidos por la microbiota intestinal, se asocian con un mayor riesgo de desarrollar diabetes, según las conclusiones de un estudio liderado por el IISPV, que sugiere que podrían actuar como predictores precoces del desarrollo de la diabetes tipo 2 en personas aparentemente sanas.

 

De esta manera, un equipo de investigación liderado por científicos del Instituto de Investigación Sanitaria Pedro Virgili (IISPV), en el que han colaborado otros del Instituto de Investigación del Hospital de Mar y el área de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas del CIBER (CIBERDEM), ha identificado dos compuestos presentes en la sangre: el butirato y el isobutirato, que podrían actuar como predictores precoces del desarrollo de la diabetes tipo 2 en personas aparentemente sanas.

El trabajo, publicado en la revista científica BMC Medicine, se basa en el análisis longitudinal de más de 2.400 participantes del proyecto estatal Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. a lo largo de siete años.

Estos compuestos son ácidos grasos de cadena corta (SCFA) producidos por la fermentación de fibra dietética al intestino. Según ha explicado Juan Vendrell, coordinador clínico del grupo de investigación del CIBERDEM en el IISPV, “este estudio proporciona nuevas evidencias sobre la asociación entre los SCFA y el riesgo de desarrollar la diabetes tipo 2”.

Por su parte, Gemma Llauradó, también investigadora del estudio, adjunta del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital de Mar, e investigadora de su instituto, ha detallado que “curiosamente, niveles elevados de butirato e isobutirato a comienzos del estudio se asociaron con una mayor probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2, incluso después de ajustar por factores de riesgo clásicos como la obesidad, la hipertensión arterial o los antecedentes familiares”.

El estudio también incluyó el análisis de los patrones dietéticos de los participantes mediante un cuestionario de frecuencia de alimentos. En este sentido, la investigadora Sonia Fernández-Veledo, responsable del grupo de investigación del CIBERDEM en el IISPV, ha explicado que se observó que seguir una dieta mediterránea o consumir alimentos ricos en fibra se asocia con niveles más altos de SCFA. Aun así, estos hábitos no demostraron, por sí solos, capacidad predictiva suficiente sobre el desarrollo de la diabetes”.

Así las cosas, el equipo de investigación ha subrayado que una dieta rica en fibra continúa siendo fundamental para preservar el equilibrio de la microbiota intestinal, un factor clave en la regulación metabólica y la respuesta inflamatoria. En este sentido, el trabajo apunta que los SCFA podrían actuar como moléculas señalizadores con un papel determinante en estos procesos fisiológicos.

Este descubrimiento abre la puerta a nuevas estrategias de prevención más eficientes y personalizadas, basadas en el análisis del perfil metabólico y microbiótico individual.

Los autores del estudio han reclamado medios para poder profundizar en la investigación, con el objetivo entender mejor la interacción entre estos metabolitos y el organismo, y cómo pueden ser incorporados en protocolos clínicos para detectar de manera precoz el riesgo de diabetes tipo 2.

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